Hace un mes partiste hacia la eternidad. Te diriges por aquel camino largo e interminable que para nosotros es esquivo, pero que para ti lo decidió el destino. Vuelas en la dirección adecuada: tú rumbo hacia la paz, yo –en cambio- rumbo hacia lo desconocido. ¿Sabes cuál es la diferencia? Ahora serás invencible, en cambio yo soy solo un simple mortal. Vas a estar mil veces mejor aunque eso signifique sacrificar tu presencia. Este texto va para ti, mi amor.
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“Mi hermana ha fallecido” Es la frase que hasta ahora retumba mi cabeza, me causa estragos y un dolor indescriptible. Son las palabras que nadie quiere escuchar, son las palabras que nadie quiere comunicar. Le tocó a Rosario (tu hermana) decírmelo. Corrían las 11:30 a.m de aquel 21 de Junio y sin más que decir tú ya te habías ido. 


No me es difícil escribirte estas líneas, aunque debo confesar que nunca me hubiese gustado hacerlo. No es que no quiera regalarte mis escritos, sino que al hacerlo implica una resignación en mí por tu partida. Y yo, hasta el momento, no me lo creo.


Amor, te lo digo con total franqueza: hubiese preferido mil veces que lo de nosotros acabe a que tú te vayas tan pronto. Deseo infinitas veces verte feliz al lado de tus padres en vez de que ellos sufran tu ausencia repentina. Si me darían a escoger una sola cosa, sin pensarlo diría: “prefiero sacrificar nuestra relación para que tú estés viva”. Elijo tu tranquilidad con los tuyos a costa de la felicidad mía.


Te extraño demasiado mi amor. No sabes cuánto deseo que realmente estés aquí conmigo, que nada de esto haya pasado, que nos sigamos hablando y sobretodo que nos sigamos amando.


Ahora mismo estás en los cielos, por el momento inalcanzable. Ahora mismo tú estás más cerca a la Luna. Esa Luna que siempre nos gustaba ver. ¿Te acuerdas todas esas noches que nos amanecíamos fotografiando la Luna? Mirémoslo por ese lado: ahora tú estás más cerca de ella. Amor mío ahora tú tienes una mejor vista que yo. Aprovecha en tomarle todas esas buenas fotos.


Hace un mes partiste hacia la eternidad. Ahora eres invencible, ya no habrá nada que pueda detenerte. No hay nada que pueda tumbarte, ni siquiera existe algo que pueda igualarte. Eres tú la más fuerte. Eleva tus alas, toma impulso y vuela hacia la felicidad absoluta. Deslízate sobre el cielo infinito lleno de paz y tranquilidad. Si tú estás bien, yo estoy bien ¿recuerdas?


¿Te acuerdas esa frase que siempre nos decíamos "un día menos para vernos"? Sigue vigente mi amor, cada día que pasa es un día menos para volverte a ver.


Todo el mundo me dice "la vida continua" y yo estoy de acuerdo con eso, pero eso no es un alivio para mí en estos momentos. Es difícil tratar de superar todo esto. En un abrir y cerrar de ojos te fuiste y yo no puedo intentar superar esto de la noche a la mañana. No es fácil, lo admito. Contigo a tu lado todo era más simple; sin ti, todo es caos. Como diría Pablo Neruda: “Te estoy amando aún entre estas frías cosas”.


Cargar tu féretro fue mi máxima expresión de amor hacia ti. Recostar mi cabeza en tu ataúd para recordar todo los que nos decíamos y todo lo que nos prometíamos. Llevarte en mis hombros a paso lento al lugar donde tu alma descansará eternamente no tiene precio y no tiene nada que se pueda comparar. Sabía que era la última vez que ibas a estar encima mío, no sabes cuántas ganas me daban de tan solo congelar ese momento. Que sea eterno –aunque no hubiese querido que pase todo esto- que ese momento en que yo te cargaba nunca se acabara. Los dos fuimos testigos del amor que nos teníamos, ese amor que ni la muerte pudo vencer.


Te juro que voy a regresar al lugar donde duermes eternamente. Voy a volver para verte de nuevo. Estefanía algún día estaré frente a ti. Mi amor quédate tranquila que yo sigo aquí contigo desde el pensamiento. Llevaré tu memoria conmigo hasta el fin. Te amo, no lo olvides.